Esta primavera hemos tenido la oportunidad de observar el comportamiento de una familia de Halcones Peregrinos que había establecido su hogar en una grieta que asoma a un cortado inaccesible.
Halcón Peregrino
Han tenido tres pollitos que hay que alimentar. Por eso los adultos vuelan en busca de comida y vuelven con sus presas para saciar a sus retoños.
Halcón Peregrino
Cuando uno de los adultos se aproxima al cortado, los pollos chillan y el adulto se posa, receloso, a cierta distancia del nido hasta que comprueba que no hay peligro.
Halcón Peregrino
Halcones Peregrinos
Y luego el adulto reparte la comida entre sus pequeñuelos.
Halcones Peregrinos
Halcones Peregrinos
Pero una de las crías no ha participado del festín como sus hermanos porque uno de ellos le ha propinado un fuerte picotazo advirtiéndole que a él le toca comer en primer lugar.
Halcones Peregrinos
Halcones Peregrinos
Halcones Peregrinos
Los adultos seguirán cazando para sus chiquillos. Volarán surcando todos
los rincones del valle y se posarán en una atalaya para vigilar
cualquier movimiento que alerte de la presencia de su próxima captura.