Este verano hemos tenido días con elevadas temperaturas en
los que resultaba gratificante acudir a las riberas arboladas de los ríos,
donde las condiciones climáticas resultaban mas agradables. Si a ello unimos la
posibilidad de observar las evoluciones de numerosas aves que iban a
refrescarse al rio, el plan resultaba perfecto.
Hay especies de aves que tienen una mayor vinculación al agua, en este caso de los ríos. Es el caso, entre otras, de las lavanderas blanca y cascadeña, andarríos chico, garza real y cormorán grande.
Aunque la especie mas adaptada a las aguas de los ríos es el mirlo acuático, cuya vida, desde que nacen, transcurre vinculada al cauce de los ríos. Su preferencia por las aguas no contaminadas lo convierte en indicador de su pureza. Se sumerge y captura insectos en el fondo del rio.
Numerosos ejemplares de vencejos, golondrinas y aviones
comunes sobrevolaban las aguas, en momentos a muy poca altura, capturando
insectos.
Observando con paciencia la vegetación arbustiva de la
cuenca de los ríos se llegaba a ver, puntualmente, a numerosas especies, como
mosquiteros, currucas, ruiseñores, papamoscas, entre otros.
Y un desfile continuo de aves que acudían a beber y a
bañarse, como estorninos, mirlos, jilgueros, pinzones, verderones, etc.
Se oían cantos y reclamos de oropéndolas, pito real y pico
picapinos. Otra cosa era verlos.