Avetorillos en Salburua

Después de un paseo ornitológico por el parque de Salburua (Araba) en el que, afinando el oído, habíamos visto una agran variedad de aves -porque con la vista es muy difícil verlas dado que la vegetación en esta época es muy frondosa-, fuimos al observatorio de los Fresnos. Hacía unos días que nos habían hablado de la presencia de tres tarros canelos e íbamos con la esperanza de verlos. Pero, como suele suceder a menudo, cuando vas en busca de algo encuentras otra cosa. A pesar de que no vimos ni rastro de canelos, la visita mareció la pena y tuvo su recompensa. Vimos tres Avetorillos Comunes (L 33-38 cm, E 49-58 cm) en unas matas de espadaña que hay justo delante del observatorio. 

Avetorillo Común ♂

Uno de los avetorillos nos sorprendió echando a volar desdes una de las matas en dirección al fondo de la laguna. Poco después, también de sorpresa, otro avetorillo echó a volar en la otra dirección. Posteriormente vimos cómo otro ejemplar emergía del matojo que teníamos justo enfrente pero, después de mirarnos suspicazmente, también alzó el vuelo y se esfumó en la arboleda de enfrente. 

Buscarla y encontrarla

A finales del mes de mayo fuimos a Jaizkibel a tratar de ver, entre otras especies de aves, alguna Buscarla Pintoja (L.12,5-13,5 cm) pues nos habían hablado de que era un buen sitio para observar esta especie.

Aunque suele ser bastante tímida y pasa la mayor parte del tiempo oculta en la vegetación, tuvimos la suerte de ver un par de ellas y de escuchar su canto, un sonido zumbante como de insecto. 

Buscarla Pintoja

Tal y como veo en el mapa de distribución de la especie, el Cantábrico es la zona más meridional en la que suele criar, así que no sería de extrañar que la pareja que vimos vaya a anidar precisamente en la densa vegetación en la que se escondían.

En un compás de espera

Las últimas semanas en el parque se han caracterizado por la tranquilidad o, mejor dicho, por el aburrimiento. Aparte de la visita que nos hizo un avetorillo a primeros de mes, y alguna observación puntual de pato colorado, somormujo, garza imperial o espátula, no ha habído más citas destacables. 

El año pasado por estas fechas ya había llegado el águila pescadora para instalarse en nuestras marismas, y las especies limícolas habían empezado a volver de sus lugares de cría. Sin embargo, nada de eso ha ocurrido y los limícolas los podemos contar, como mucho, con los dedos de una mano. Algún día vemos tres andarríos grandes, un archibebe común, dos chorlitejos chicos o un correlimos zarapitín... Pero nada que ver con la variedad de limícolas que había el año pasado en esta época.

De todas formas, estos días nos estamos entreteniendo con un nutrido grupo de gaviotas reídoras que le ha cogido gusto a la marisma de Itzaberri y a la Laguna de San Lorenzo.

Antxeta Mokogorriak - Gaviotas Reídoras - Black-headed gulls

Lo bueno de ver reídoras en esta época es que entre ellas podemos encontrar unos pocos individuos jóvenes cuyo plumaje pardo-bermejo llama mucho la atención.

El Hogar del Peregrino

Esta primavera hemos tenido la oportunidad de observar el comportamiento de una familia de Halcones Peregrinos que había establecido su hogar en una grieta que asoma a un cortado inaccesible. 

Halcón Peregrino

Han tenido tres pollitos que hay que alimentar. Por eso los adultos vuelan en busca de comida y vuelven con sus presas para saciar a sus retoños.

Tras el fluir de la corriente

Me resultó sorprendente la actividad frenética que un par de Mirlos Acuáticos (L 17-20 cm) mostraba volando a gran velocidad sobre el torrente. Iban arroyo abajo como cohetes para, poco después, remontar la corriente. Uno de los mirlos acuáticos se posó sobre un canto rodado en medio del riachuelo para utilizarlo como atalaya desde la que lanzarse a capturar a sus presas.

Mirlo Acuático adulto

Unos metros más allá, un joven mirlo acuático exigía comida a su progenitor...