En un recodo olvidado del Embalse
de Leiva en la Rioja, vive una pareja de Alcaudones Dorsirrojos (16-18 cm) que
afortunadamente han sacado adelante dos crías.
La zona en la que habitan está
dotada de bastante vegetación arbustiva y viñedos, donde pueden encontrar abundante
alimento, como insectos y lagartijas.
Suelen ponerse sobre una percha
para otear posibles presas que capturan en el suelo.
Este es el macho de Alcaudón Dorsirrojo:
Y aquí tenemos a la hembra:
Ambos buscan desde sus perchas algún insecto o lagartija para alimentar a sus crías.
Aquí tenemos al macho con una de las crías:
Las crías de Alcaudón Dorsirrojo esperan impacientes el retorno de su progenitor con algo que llevarse a "la boca".
Imitando a sus progenitores, esta cría se posa en una rama para otear cualquier movimiento.
En la siguiente escena, el Alcaudón Dorsirrojo macho, que acaba de capturar lo que parece una lagartija -o un pedazo de ella-, está buscando una espina en su percha para empalarla y poder manipularla mejor para luego alimentar a su crías.